Acercarse a los dominios de Grosso Napoletano es un viaje con los cinco sentidos. No hace falta acceder al local, basta con entrar en contacto con él a través de la pituitaria, que detecta el festín a unos cuantos metros de la puerta: el amante de la buena pizza se teletransporta a Nápoles, donde, como saben los que saben, nació la pizza más sugerente y genuina de Italia. Una vez dentro, el resto de los sentidos saltan como resortes: el oído, al escuchar ese melodioso acento napolitano de muchos de los que trabajan allí; la vista, al comprobar la cuidada decoración del lugar; el tacto (la piel, vaya), al comprobar el calorcillo reconfortante de esos monumentales hornos de piedra refractaria, y el gusto… que le pregunten al paladar. Con su masa fina y elástica y bordes gruesos y esponjosos, cuesta resistirse a cerrar los ojos.
Cinco millones de pizzas en siete años
Fundada en 2017 por los emprendedores Hugo Rodríguez de Prada y Jorge Blas, con capital totalmente español, Grosso Napoletano ha alcanzado un notable crecimiento en tan solo siete años. Actualmente cuenta con 43 locales y una foodtruck. Con miras a 2025, aspiran a alcanzar los 80 restaurantes, y 100 en 2026. Para lograr este ambicioso objetivo, cuentan con el respaldo financiero de Banco Santander, que ha ampliado su apoyo económico hasta los 15 millones de euros, garantizando así la ejecución de este plan de expansión. El crecimiento de la empresa se ha traducido en un incremento significativo en el número de empleados. 2023 finalizará con casi 650 empleados, conformando así una sólida y unida “familia”.
Por cada uno de los hornos de Grosso Napoletano pasan más de 300 pizzas diarias, sumando más de 5 millones de unidades horneadas en siete años, llegando a casi dos millones en este 2023. Con un crecimiento continuo y cifras económicas de doble dígito, la empresa se consolida como un referente en el mundo de la pizza artesanal.